Partes del libro impreso (1/2)

Seguro que todos sabéis qué es un libro, ¿verdad? Pero probablemente no sabéis cuáles son las partes que lo componen más allá de la portada y la contraportada. En el aniversario de la muerte de Antonio Machado (22 de febrero de 1939) os voy a hablar de cuáles son las partes exteriores del libro. En una segunda publicación trataremos las partes internas, que son más numerosas.

El libro poco ha cambiado desde su creación, en esencia se trata de un conjunto de cuadernillo doblados y apilados, cosidos por uno de sus lados. Es cierto que el libro ha ido reinventándose y transformándose a lo largo de los siglos (como, por ejemplo, con el paso del uso de pergamino a papel), de manera que su acabado final se ha ido refinando. Sin embargo, las características principales y su cometido se han mantenido inamovibles: albergar y transmitir la cultura.

Cortes del libro

El libro se compone de tres cortes diferentes:

  • El superior o de cabeza.
  • El inferior o de pie.
  • El delantero, que se encuentra opuesto al lomo.

Tapa

La tapa (denominada erróneamente tapa dura por la mayoría) es la parte exterior de algunos libros, cuyo material es más rígido que las páginas de papel que componen el interior. Suele tratarse de un cartón recubierto con papel, tela o piel. No debe confundirse con la encuadernación rústica: además de la rigidez, se diferencia también de esta en que las tapas se usan con ejemplares ya desbarbados, es decir, que ya han sido desprovistos de las rebabas o papel sobrante), lo que permite que la tapa sobresalga y sea más grande que la tripa (o interior) del libro, para protegerlo completamente. En el caso de los libros encuadernados en rústica, el desbarbado se practica con las cubiertas ya puestas.

La tapa de los libros se ideó por pura necesidad: los bibliotecarios precisaban de algo que protegiera los libros en las estanterías. Las primeras tapas eran realizadas con piel cruda, como sucedía con el pergamino, y mediante un cosido de mala calidad. Con el tiempo las técnicas fueron refinándose y la calidad de la encuadernación mejoró.

Las encuadernaciones antiguas poseían ciertos rasgos que las definían, como los los hilos transversales del cosido (bramantes) que sobresalían en el lomo del libro, los cuales aprovecharon los encuadernadores para incluir elementos decorativos que a día de hoy aún se siguen utilizando, especialmente en ediciones en piel: se añadían nervios que atravesaban horizontalmente los bramantes del cosido. En la actualidad lo más común es utilizar nervios falsos u ornamentales. Otro elemento decorativo que en ocasiones se sigue utilizando es el tejuelo: un pequeño trozo de piel, tela, papel u otro material que va pegado al lomo y sobre el que va impreso el título del libro y el nombre del autor.

Cubierta rústica

Actualmente la mayoría de libros se encuadernan de esta manera, que supone una alternativa a las costosas encuadernaciones con tapas. En este caso la cubierta es mucho menos rígida y delgada, y suele estar hecha a partir de una cartulina plastificada en acabado mate o brillo. La resistencia y calidad de estas encuadernaciones es mucho menor, pero esto se ve recompensando a su precio muy inferior al de las tapas.

Lomo

Es la parte del libro que une portada con contraportada y conforma la columna vertebral que sujeta todas las páginas, cubriendo el peine de encuadernación. En los libros de tapa suele ir el corte delantero (el borde opuesto al lomo, también conocido como canto) en media caña, es decir, redondeado, mientras que las cubiertas rústicas lo llevan recto. El lomo es una parte muy importante del libro y a la que los diseñadores editoriales prestamos especial atención ya que es lo único que veremos de un libro expuesto en una estantería. Los elementos que suele llevar son:

  • Título de la obra.
  • Nombre del autor.
  • Logotipo de la editorial.

Históricamente las ediciones anglosajonas han llevado el lomo escrito de arriba abajo, mientras que las españolas suelen ir escritas de abajo arriba (mayor legibilidad). El motivo por el que los libros ingleses presentan el lomo dispuesto de esta manera es porque cuando un libro se encuentra bocarriba sobre la mesa, tanto lomo como portada se pueden leer perfectamente. En este caso debemos elegir entre dos opciones: libro bonito sobre la mesa o lomo legible en una estantería. ¿Vosotros qué preferís?

El lomo es una parte muy importante del libro y a la que los diseñadores editoriales prestamos especial atención ya que es lo único que veremos de un libro expuesto en una estantería.

Sobrecubierta

También conocida como camisa, se trata de una funda de papel que envuelve y protege al libro. Suele destinarse a proteger las tapas (puesto que la sobrecubierta se suele emplear casi exclusivamente en ediciones con tapa, nunca en rústica) y llamar la atención a través de un diseño más elaborado que el que suele aplicarse a la tapa. La sobrecubierta a menudo se desecha ya que sujetar un libro con una de estas puestas suele ser incómodo para el lector. A menudo funcionan también como soporte publicitario.

Solapas

Las solapas pueden ser tanto extensiones de la cubierta como de la sobrecubierta. En el caso de tratarse de solapas de una sobrecubierta, estas aseguran que la sobrecubierta se mantenga sujeta al libro y evitar así su pérdida. Por otro lado, cuando hablamos de solapas de cubierta (rústica siempre), estas proporcionan robustez al ejempel lugar por el que dejaron de leer la última vez, siempre que el libro no sea excesivamente grueso y lo permita. A menudo las solapas son utilizadas por las editoriales para insertar una pequeña biografía del autor o anunciar otros libros de la colección.

Faja

Es una estrecha banda de papel que se coloca envolviendo al libro, igual que la sobrecubierta. En este caso el fin es meramente publicitario. Sirve, por ejemplo, para anunciar que se trata de un best seller que lleva cierto número de ejemplares vendidos.

Guardas

Son hojas de papel que se colocan dobladas por la mitad y que sirven para unir mediante pegamento la tripa con la cubierta del libro. En ocasiones está provista de color u otros elementos decorativos y su función final es la de proteger el interior del libro En las ediciones de tapa el papel suele ser de mayor gramaje para ofrecer mejor resistencia y durabilidad. Las guardas son un elemento casi extinto en los libros de encuadernación rústica.

Y, por si no os ha quedado claro, aquí tenéis una infografía detallada sobre las partes externas del libro, por Revista Algarabía:

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