Elección tipográfica para proyectos editoriales

Aunque, como en cualquier disciplina, no todo está escrito ni tenemos que encorsetarnos con lo que diga la regla… os voy a exponer, a grandes rasgos, unas directrices sobre cómo los diseñadores elegimos tipografía a la hora de crear una publicación, tanto impresa como digital.

Para no extenderme mucho en el tema, voy a centrarme exclusivamente en los libros. Os voy a enseñar qué es una tipografía con serifa (serif) y una sin serifa (sans serif) o palo seco y de qué manera debemos utilizarlas en un libro, qué factores influyen en la legibilidad y algunos ejemplos de las tipos más utilizadas. Recordaros también que voy a hablar concretamente de la tripa del libro, no de la cubierta o portada (¡eso para otro día!).

Por encima de todo, lo más importante en un texto es su correcta lecturabilidad (que sea comprensible) y legibilidad (percepción visual)

Con serifa y sin serifa

La clasificación tipográfica es mucho más amplia que esto que os expongo a continuación (didonas, garaldas, humanísticas…), e incluso existen distintas clasificaciones en función de la escuela, corriente o maestro tipográfico que las designe. A continuación tenéis los dos grandes grupos de letra que se pueden utilizar en un libro:

  • Tipografías serif: son aquellas que poseen serifa, es decir, un remate o terminal en los extremos o terminaciones del caracter tipográfico, proporcionándole un peculiar adorno.
  • Tipografías sans serif: también denominadas palo seco, son aquellas que carecen de remates.
Ejemplos de tipografías serif y sans serif

Libros impresos

En el caso de las publicaciones impresas con textos de cierta longitud, es preferible siempre utilizar tipografías con serifa. Esto se debe a que ese pequeño remate rompe la verticalidad-horizontalidad que provocan las palo seco, creando una línea de lectura invisible a través de las serifas que encadena unas letras con otras facilitándonos la lectura. Esto mismo se puede aplicar a revistas y periódicos.

Si entramos a valorar qué fuente de texto utilizar, así como su tamaño, interlineado e interletraje (tracking), tenemos que tener en cuenta numerosos factores. Influye, por ejemplo, la edad de nuestro público objetivo: un libro que va a ser leído por una persona mayor requerirá de cuerpos de texto mayores con un buen interlineado que dé lugar a textos más legibles que no provoquen molestias o fatiga ocular en nuestros lectores. Una tipografía con una altura de x mayor resultará más correcta a la hora de facilitar la legibilidad y lecturabilidad en este tipo de público. Eso sí, ante todo siempre debemos tener en cuenta que el número de palabras por línea sea el ideal, como ya os adelantaba en el post sobre 6 errores a evitar en una maquetación.

Libro sobre soporte impreso

Decía Robert Bringhurst que una tipografía (con sus distintos pesos, como Regular, Light y Bold) basta para componer un libro entero. Salvo que se trate de una obra más elaborada, como podría ser un libro de cocina, esa es la tónica general. Sin embargo, a menudo suelen incluirse otras fuentes de texto para títulos y titulillos con el fin de crear contraste en la mancha tipográfica y guiar la lectura con pequeños pildorazos.

Por otro lado, gracias a que la resolución de una página impresa es más alta que la de una pantalla, la serifa de una letra siempre se visualizará con mayor definición que en una pantalla; es otro motivo por el que son más comunes para medios impresos que digitales.

Libros digitales

Hasta hace unos años, la tónica general era reservar las tipografías con serifa para medios impresos y las sans serif para pantallas. Esto era así porque la resolución sobre papel superaba a la digital, lo que permitía que las serifas fueran más legibles y no entorpecieran la lectura, como solía suceder en medios digitales. Sin embargo, las cosas han cambiado y a día de hoy se fabrican pantallas con muy buena resolución que permiten mejores prestaciones para los e-books. A pesar de todo, los periódicos siguen esta vieja norma, reservando las fuentes con serifa para el papel y las sans serif para su versión web.

El mundo de los libros electrónicos es mucho más complejo. El propio usuario tiene a su alcance la posibilidad de elegir entre una serie de tipografías que le ofrece el fabricante, y además podrá modificar otros aspectos como el tamaño de texto, e incluso el color de fondo. Nosotros como diseñadores elegiremos una tipografía de acuerdo a unos criterios a favor del lector, aunque él tendrá siempre la última palabra en este sentido, salvo que se trate de un PDF, donde la fuente de texto irá incrustada e inamovible.

E-book de la marca kindle

Tipografías para libros

Actualmente existen miles de opciones a nuestro alcance para escoger la tipografía que más se adapte al proyecto que tenemos entre manos. Para ser breve y dejar claro todo lo expuesto anteriormente, resumiré que la elección de una fuente de texto la haremos en base a cuatro factores fundamentales:

  • Público objetivo: recordad que un público infantil, por ejemplo, no tiene las mismas exigencias de lectura que tiene un lector adulto.
  • Legibilidad y lecturabilidad: un texto debe ser comprensible y leerse bien por encima de todo.
  • Economicidad: existen tipos que resultan más económicos que otros, es decir, que dan lugar a textos más o menos largos debido al diseño anatómico del propio tipo. Elegiremos la tipografía estableciendo una relación directa entre esto y las exigencias de la temática del propio proyecto.
  • Tipo de proyecto: en función de la pieza editorial que trabajemos (pues no es lo mismo un libro para niños que un ensayo científico), nos decantaremos por un estilo tipográfico u otro.
Cada tipo de público objetivo requiere unas necesidades tipográficas diferentes

Personalmente, siempre prepararía un libro (ya sea sobre papel o para pantallas) con una tipografía con serifa, recordando las palabras de la diseñadora de tipos Zuzana Licko, que dice que «leemos mejor lo que más leemos». Es decir, si la costumbre hasta ahora ha sido diseñar libros usando tipos serif, sigamos haciéndolo hasta que cambien las tornas y el lector nos mande a freír espárragos.

Algunas tipografías con serifa archiconocidas y utilizadas en libros son:

  • Baskerville
  • Garamond
  • Caslon
  • Minion
  • Times
Ejemplo de pangrama con tipografías serif

Respecto a las sans serif, algunas de las más comunes son:

  • Univers
  • Helvetica
  • Verdana
  • Gill sans
  • Tahoma

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